Perspectivas para el Sector Inmobiliario, ¿Qué se espera a corto plazo?

Fecha: 05-01-2021

Después de años de crecimiento ininterrumpido, las perspectivas en el sector inmobiliario son desalentadoras en el corto plazo. En el ámbito de las propiedades comerciales en arriendo, sus principales ejecutivos pronostican una disminución de entre un 20% a 40% en los valores de las propiedades comerciales. Desafortunadamente, esto ocurre en un contexto en que la economía -ya debilitada por las protestas en el país- se ha visto aún más afectada por las medidas para atenuar los contagios provocados por el Covid-19.

Las grandes empresas del rubro inmobiliario no han salido ilesas y, en vista de la contracción económica provocada por la contingencia, el sector también está considerando importantes recortes de personal. Para lo que queda del 2020 e inicios del próximo, el Ministerio de Hacienda espera pérdidas de entre 1 a 2 millones de puestos de trabajo, con un nivel de desempleo que bordeará el 13% e incluso un 20%, en el peor de los casos. Asimismo, se estima que la economía se contraerá entre un 2% y un 5%, debido a la incertidumbre generalizada provocada por los efectos del corona virus.

Indudablemente, la pandemia ha dejado sentir su impacto en la industria del corretaje de propiedades. Por ejemplo, los propietarios que instaron a firmar contratos de alquiler a largo plazo con sus inquilinos -antes de la crisis económica- pueden estará aguardando una recuperación durante el plazo completo del contrato, pero probablemente no podrán salir indemnes de la peor parte de las secuelas económicas; así ocurre en el ámbito de las oficinas comerciales, sector que, en comparación con sus contrapartes, ofrecen acuerdos de arrendamiento más inflexibles.

Para amortiguar el impacto de la crisis, los proveedores de espacio de oficina pueden adicionar valor a las inversiones de sus inquilinos al reducir drásticamente los requisitos de espacio. Al realizarse este tipo de tratos, se espera que mejoren las condiciones en las que se realizan negocios, teniendo en cuenta que las perspectivas económicas serán más auspiciosas a largo plazo.

¿De qué manera la tecnología podrá amortiguar el impacto de la crisis?

Esta pandemia será responsable de espolear la innovación tecnológica y el espíritu empresarial, tal como ocurrió en situaciones parecidas a lo largo de la historia. De hecho, en vista de las cuarentenas masivas, la tecnología ha tenido que cumplir un rol fundamental, debido a la gran cantidad de personas que por el Covid-19 debieron trabajar de forma remota desde sus hogares.

Aunque el trabajo remoto era una tecnología presente, el uso de ésta aumentó de manera exponencial durante el presente año. Aunque a mediano plazo una gran mayoría de los trabajadores volverán a desarrollar sus actividades de manera presencial, muchos empleadores intentarán amortizar costos a través de una reducción de la cantidad de espacio de oficina utilizado antes de la pandemia. Lo anterior será así debido a las buenas impresiones generadas en las empresas con respecto a la comodidad de algunos de sus empleados al trabajar en modalidad remota.  

Esta coyuntura inesperada surgida en un contexto de crisis debería ser analizada a fondo por los corredores de propiedades. Ciertamente, es muy probable que recuperarse de los efectos de la pandemia llegue a ser un proceso largo, posiblemente de unos 2 a 3 años, si se tiene como referencias otras crisis económicas y sociales de igual magnitud ocurridas en la historia. Pero sin duda, el país se levantará más temprano que tarde y superará esta difícil situación.

¿Qué ocurre actualmente en el sector?

Tanto inquilinos como propietarios todavía se preguntan si es que la vida previa a la pandemia podrá regresar, teniendo en cuenta la suspensión de clases a escala masiva, el teletrabajo desde los hogares, y si será seguro salir a pasear con los niños en espacios exteriores. Muchas dudas han surgido y el sector inmobiliario intenta solventar la situación a través de diversas estrategias.

Una particularidad en esta coyuntura de pandemia es que los propietarios de oficinas tienen más solicitudes de mejora de inquilinos que en otras áreas de la industria inmobiliaria. La decisión -en la que si realmente los inquilinos o propietarios están adoptando mejoras significativas- genera un nivel de discrepancia en relación a las renovaciones a largo plazo de contratos de arrendamiento.

Por otro lado, las leyes de eficiencia energética han aumentado los costes de construcción y, en vista que en la actualidad los permisos se realizan virtualmente, han aumentado los plazos de proyectos enfocados en reparaciones o incluso, mejoras para cumplir con las normas ligadas al distanciamiento social.

En la actualidad, los acuerdos en el rubro se han desacelerado y, si ocurren, son tratos más reducidos en su mayor parte, lo cual es algo característico de un contexto económico a la baja. Los propietarios más pequeños intentan optimizar su negocio a través de la reducción de su tamaño y los inquilinos de mayor notoriedad están revisando las renovaciones de contratos de arrendamiento a corto plazo.

Además, los alquileres han bajado levemente. El valor de las propiedades aún se ve reforzado por la baja disponibilidad y las reducidas tasas de interés.

¿Cuál es la situación de los valores inmobiliarios?

Después de la crisis económica del 2008, las perspectivas en el mundo de las finanzas comerciales empezaban a estabilizarse en los últimos años; sin embargo, las noticias desalentadoras con respecto a las cifras de muertos infectados por el Covid-19 ha desprovisto sobre la posibilidad de cualquier configuración de normalidad. Así como en muchas áreas de la economía, los últimos siete meses han sido en extremo desalentadores en el mundo de los bienes raíces comerciales.

Incluso al comienzo de la pandemia, las transacciones de bienes raíces tenían unas buenas perspectivas, pero después del drástico aumento de contagios, las expectativas en el mercado decrecieron notablemente. Los inversores han postergado o cancelado sus planes en relación al comercio minorista y construcción de oficinas; empero, muchos de ellos se han reenfocado en inversiones más seguras, tales como propiedades industriales y multifamiliares.

A pesar de este difícil contexto, los valores inmobiliarios se encuentran estables por la falta de nuevas construcciones. Por lo anterior, los potenciales compradores pueden verse tentados en aprovechar las condiciones de un mercado incierto, con ofertas en algunos casos por debajo del precio normal del mercado.